Resolver las emisiones de olores industriales paso a paso
Por muy interesantes y bonitos que sean los productos que se producen en las fábricas, no se pueden evitar los olores en el proceso. Especialmente en industrias como la de piensos, alimentación, procesamiento de semillas oleaginosas, tabaco y caucho, los refrigeradores, secadores u otros equipos de proceso no pueden evitar expulsar aire, a menudo a través de una chimenea. Además de polvo, este aire también contiene olores. Por lo general, no son peligrosos para el medio ambiente, pero pueden perjudicar el bienestar de las personas. Al fin y al cabo, a nadie le gusta vivir cerca de una fábrica maloliente y respirar aire pestilente día tras día.
Con el fin de mantener el medio ambiente contento al tiempo que se trabaja positivamente en la imagen de la empresa, pero también para seguir cumpliendo la legislación actual más estricta sobre emisiones de olores, es aconsejable controlar las emisiones de olores aplicando técnicas de reducción de olores.
La clave es la diligencia. Aunque el mundo del control de olores es probablemente nuevo para mucha gente, existe el riesgo de instalar soluciones demasiado rápido. Con demasiada frecuencia vemos en el mercado ventas rápidas en las que se promete una reducción de olores del 100% y vemos sistemas baratos de plasma directo que apenas reducen ya los olores debido al ensuciamiento del canal de proceso. Incluso sin investigar a fondo la situación del cliente. Como resultado, se introducen problemas reales.
Aerox inventa el control de olores por inyección de plasma frío
Aerox, inventor de la técnica de inyección reductora de olores por plasma frío, sabe por sus más de 25 años de experiencia en el control de olores industriales que las verdaderas soluciones sostenibles requieren una tecnología avanzada y a medida. A este respecto, es indispensable examinar paso a paso los requisitos específicos y el problema singular de la emisión de olores en las instalaciones del cliente. Sin esto, el resultado final nunca será óptimo.
El primer paso consiste siempre en cartografiar todas las fuentes de olor. Una fuente de olor se caracteriza tanto por la concentración de olores, expresada en ouE/m3 o como aire de dilución, como por el caudal de aire, expresado en m3/h. El producto de ambos es la emisión total de olor, normalmente expresada en MouE/m3.
El segundo paso consiste en decidir qué fuentes deben reducirse. El objetivo es que el medio ambiente no se queje y, al mismo tiempo, cumplir la normativa local. La buena noticia es que no siempre es necesario comprobar todas las fuentes.
El equipo de ventas de Aerox estará encantado de visitarle para hablar y asesorarle sobre ambos pasos. También es una buena oportunidad para explicar las diferencias entre las soluciones reductoras de olores. Los pros y los contras de las soluciones colocadas directamente en el aire de escape, a menudo sucio, polvoriento y pegajoso, como el plasma directo o el carbón activado, los depuradores químicos con sus corrientes residuales y los sistemas de inyección de plasma frío que no se ven afectados por las condiciones del proceso.
El tercer paso consiste en determinar si la tecnología de inyección de plasma frío puede reducir realmente los olores. Para ello se utiliza el microtester Aerox. Se trata de un dispositivo de ensayo portátil que se utiliza para obtener una primera indicación de si se han reducido determinados olores. También se utiliza para indicar qué capacidad de la planta de plasma frío se necesita para la situación de producción específica.
El cuarto paso es realizar una prueba piloto más sofisticada. Para ello se aplica el sistema Aerox minitest, combinado con mediciones de olores realizadas por una empresa certificada independiente para evaluar la concentración de olores. El resultado de estas pruebas es un informe detallado sobre las condiciones del proceso y la eficacia de reducción de olores que puede alcanzarse. Junto con el programa de pruebas, determinaremos qué capacidad de plasma frío Aerox proporcionará el resultado óptimo. Con estos datos, Aerox y el cliente pueden ampliar de forma fiable el diseño del sistema Aerox®-Injector necesario.
El quinto paso consiste en explicar detalladamente el Aerox®-Injector y, basándonos en nuestros 25 años de experiencia especializada y en el informe de medición, emitir una recomendación y un presupuesto para la reducción de olores.
El último paso
El sexto y último paso es el más interesante. Tras la decisión del cliente, el diseño detallado y la instalación del sistema Aerox®-Injector comenzarán en la fábrica, obviamente en estrecha colaboración con el cliente y terceros. Este proceso sólo se completa tras la puesta en marcha y el arranque satisfactorios del inyector Aerox®.
A partir de este momento, los clientes y su entorno se acostumbrarán a que el sistema Aerox haga su trabajo automáticamente y no requiera mucho mantenimiento. Además del cambio de los prefiltros, que puede realizar fácilmente el propio cliente, un ingeniero cualificado de Aerox visitará las instalaciones sólo una vez cada 8.000 horas de funcionamiento, para lo cual el sistema de monitorización de Aerox avisará oportunamente y no será necesario interrumpir el proceso.